El Líbano y los cristian
Recientes altercados en el Líbano están provocando que las comunidades cristianas locales se preocupen por su existencia como herederas y descendientes de los primeros cristianos.
Los cristianos de Oriente Medio afrontan actualmente un gran genocidio, similar al que siguió a la conquista islámica de la región en el siglo VII.Grupos yihadistas islámicos están amenazando a los cristianos libaneses y exigen que se sometan al islam. Los cristianos del Líbano, descendientes de los sirios arameos, eran mayoría en el país hace tan sólo cien años. La exigencia de que los cristianos se conviertan al islam forma parte de las declaraciones públicas del ISIS y de otros grupos islamistas que se ocultan en la zona montañosa fronteriza entre Siria y el Líbano.
Saad Hariri, un político suní respaldado por Arabia Saudí, hijo del asesinado primer ministro Rafik Hariri, invitó recientemente a su despacho a todos los partidos libaneses para que firmaran un documento que afirma que el Líbano es un Estado árabe. Un Estado árabe significa leyes islámicas, como sucede en todos los países miembros de la Liga Árabe. ¿Por qué es tan importante para Hariri, o para el mundo islámico suní, incluir al Líbano en la lista de Estados árabes y cambiar su denominación actual, que sólo recoge que es un Estado libanés?
¿Y por qué los Estados árabes, incluida la Autoridad Palestina, se niegan a reconocer a Israel, con su 80% de población judía, como Estado judío, mientras que al mismo tiempo pretenden imponerle al Líbano la definición de Estado árabe, cuando su población está compuesta por un 35% de cristianos no árabes?
En el país quedan aproximadamente un millón de maronitas siríacos, además de otros 700.000 cristianos que pertenecen a otras iglesias. Por otra parte, hay más de ocho millones de maronitas siríacos que viven en la diáspora: cristianos que huyeron a lo largo de los siglos debido a la persecución de los musulmanes, frecuentes conquistadores de territorios cristianos. El Líbano nunca fue estrictamente árabe o musulmán. Pero ése es el paso que quiere hacernos dar Saad Hariri, un rostro más moderado de la ideología expansionista del ISIS, camuflado tras una apariencia moderna, moderada y laica suní.
La petición de Hariri revela lo que el mundo islámico tiene planeado para el Líbano e Israel y, en última instancia, para Europa y Estados Unidos. Las potencias mundiales han de proteger a los cristianos, a los judíos y a otras minorías de Oriente Medio. Tanto el Líbano como Israel deben seguir siendo patria de minorías perseguidas de Oriente Medio (una patria cristiana en el Líbano y una judía en Israel), estar interconectadas geográficamente, ayudarse mutuamente desde el punto de vista económico y, quizá pronto, con un acuerdo de paz que podría tender entre Oriente y Occidente un puente intercultural y para los derechos humanos.
Bashir Gemayel, el gran líder libanés cristiano maronita asesinado tras ser elegido presidente en 1982, advirtió a Occidente durante la guerra civil libanesas de que si las fuerzas islámicas que luchaban contra los cristianos vencían, seguirían avanzando sobre el mundo occidental, como, en efecto, están haciendo actualmente.
Este acuerdo para que se declare un Estado árabe libanés, como solicitan los dirigentes suníes, pretende claramente convertir el Líbano en otro país oficialmente árabe y musulmán. Persigue negar los derechos de los pobladores originales del país, del mismo modo que se ha arrollado a los cristianos coptos, habitantes originales de Egipto, o a los cristianos siríacos arameos de Irak. En el Líbano, los habitantes originales son los cristianos arameo-fenicios, especialmente los maronitas, que aún conservan el siríaco (la lengua en la que hablaba Jesús) como lengua sacra. El 95% de las localidades libanesas lleva aún un nombre siríaco-arameo. El islam y el árabe llegaron tardíamente al Líbano desde la Península Arábiga, después del siglo VII.
El paso que desea dar Hariri también podría ser apoyado por el partido chií Hezbolá: tanto chiíes como suníes son musulmanes. El siguiente paso será pedir que se cambie la Constitución del Líbano, de forma que el país del Cedro sea regido por la sharia, igual que muchos otros Estados musulmanes, incluida la Autoridad Palestina. El artículo 4 de la Constitución del futuro Estado palestino establece claramente: “Los principios de la sharia islámica serán la principal fuente legislativa”.
Aplicar la ley islámica implica soberanía y control musulmán de la comunidad cristiana aramea.
Si esta ideología islámica, aplicada en tantos países, no es racismo, ¿qué lo es?
¿Por qué el mundo libre, incluidas las iglesias y los líderes laicos de Occidente, guarda silencio y demoniza sólo al judío Israel por protegerse frente a esa misma amenaza y a esa ideología?
“Decid la verdad y la verdad os hará libres”. Los cristianos del Líbano y de todo Oriente Medio sólo podrán salvar su existencia si siguen esta sagrada máxima.© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio
os, bajo la amenaza islamista
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